domingo, 22 de noviembre de 2015

Capitulo. 1

Era ya el último día de instituto. Camila iba andando tranquilamente con un libro entre las manos. La gente se pegaba a la pared cuando notaba su presencia, por miedo a las locuras de Camila, pero ella hacia caso omiso. En el instituto iban a organizar un baile, y como todos los anteriores años, ella no pretendía ni acercarse.
Sin embargo, Eliot estaba sentado en el suelo, apoyado al árbol de siempre. La que está justo a la entrada del instituto. Tenía los cascos puestos, y una pierna pegada a su costado, mientras que la otra estaba estirada sobre el césped. Había unas cuantas chicas, mejor dicho, unas cuantas docenas de chicas sentadas al otro lado del árbol, aún esperando que él se fijase en ellas. Y de vez en cuando soltaban una risita con mal disimulo, y cuchicheaban sobre el baile de esa misma noche.
Y entonces el timbre sonó, y poco a poco todos se fueron a acabar los últimos preparativos para el baile. A continuación el instituto quedó vacío, a excepción de Camila y Eliot. Estos al estar inmerso en sus cosas no se inmutaron al escuchar el sonoro timbre. Y tampoco les importó, ya que ninguno de ellos dos pretendía ir al baile. Camila se dispuso a salir, cuando chocó contra algo, bueno, se chocó contra alguien. Levantó su mirada y se encontró con unos ojos castaños.
Delante de ella había un chico increíblemente intimidante, y al mismo tiempo, increíblemente guapo. Su pelo desordenado, era castaño un poco mas claro que sus ojos, que al igual eran castaños. Y le sacaba un poco más de una cabeza.
-Ten más cuidado si no quieres de tu vida un infierno -masculló Camila, molesta. Aunque ella sabía perfectamente que era Eliot, el que todos amaban. De modo que puso sus ojos en blanco, y se apartó.
-Has sido tú la que se ha chocado contra mi -Hizo una pausa, Y la analizó de arriba a abajo varias veces, para finalmente continuar hablando- Y tú ¿pretendes arruinarme la vida? 
-Acaso quieres ponerme a prueba ¿Acaso sabes quién soy? -le miró desafiante.
-La pregunta es: quién puede ser tan idiota como para no saber quien es la reina de los problemas -Siguió con su tono de indiferencia, que desquiciaba a Camila.
-En ese caso, no te metas en mi camino, Eliot.
Y en ese instante la sangre de Eliot se congeló. Nadie se atrevía a llamarle por su nombre, no después de haber visto sus ojos, que producen escalofríos a todo el que osa mirarle. Pero ella lo hizo.
-Camila, espera.
-Qué quieres -dijo dándose la vuelta.
-¿Vas a ir al baile?-ni él mismo se podía creer lo que acababa de decir.
Ella soltó una risa, sin poder aguantarse. Se tuvo que agachar cogiéndose de la tripa para parar de reírse. Eliot se relajó un poco al ver que ella se reía, y no ponía tu típica cara de amargada. Pero ese momento no duró mucho, en parte porque él hablaba en serio, mientras que ella lo tomaba por una simple broma de mal gusto.
-¿Tú? ¿Eliot? ¿Preguntando a una chica si va a ir al baile? es una broma ¿Verdad? -Dijo aún riéndose.
Y nuevamente él se puso tenso al escuchar su nombre a través de los labios de Camila.
-¿Vas a ir? -Y nuevamente se sorprendió a si mismo.
-No.
-Genial, ponte algo cómodo, paso a por ti a las nueve -Y se dio la puerta para irse.
-Te he dicho que no voy al baile, y no te creas que porque seas tú aceptaré -Gritó haciéndose oír.
Eliot no paraba de pensar en si había hecho lo correcto. Ya que iba a llevarla a ella, una completa desconocida a ese sitio. Ese sitio al que nadie había ido jamás. Dónde pasaba largas horas sin gente rodeándole. Sin voces chillonas que no hacían nada mas que estorbar. y nunca nadie había ido. Aunque pensándolo mejor, ella parece de fiar. Ella es pálida, con ojos azules, tan azules que te acaban hipnotizando. Y su pelo hace contraste con estos, ya que es morena, con el pelo un poco más abajo de los hombros.
Al llegar a casa Camila seguía tan estupefacta como hace un momento. Y seguía indecisa sobre si ir o no con Eliot, y ni siquiera sabia a donde irían. Pero lo que haría seguro, sería enfrentarse a él. Y esta vez, hablarían en serio, y no usaría su inútil sarcasmo. Decidió ponerse algo más cómodo, tal y como dijo Eliot, así que optó por un unos pantalones cortos, y unos tirantes. Los días eran cada vez más calurosos, pero por si a caso se cogió una chaqueta, que por el momento llevaría atada a la cintura. 
-Cam ¿Irás al baile? -preguntó una voz desde la cocina.
-Claro que no, Aria. Desde cuando tu me has visto bailar -Aria es la mejor amiga de Camila. A decir verdad, su única amiga.
-Pues deberías de ir. Ya sabes, por eso...-Y lo último lo dijo casi inaudible. Pero da por hecho que Camila la había escuchado.
Eran ya casi las nueve, y sus padres aún no habían llegado a casa, pero de todos modos ella ya esta acostumbrada. Aria estaba muy entusiasmada por ir al baile, e iba con un precioso vestido, esperada a que llegara la hora del baile, y de paso ligar con alguien. Sin embargo, le entristecía que su amiga no fuese, pero ella conoce su situación y no la culpa.
De repente el timbre sonó, haciendo que ambas se sobresaltaran. Y entonces Camila se acordó de que no le había dicho nada a Aria. Y decidió dejar las explicaciones para más tarde. Agarró las llaves y se fue, escuchó la voz de queja de su amiga, pero no le hizo caso. Ya le contaré, pensó ella.
-¿Saliendo a escondidas? -Preguntó Eliot con una ceja alzada, mirándole divertida.
-¿Haciéndote el tonto? -Dijo imitando su tono de voz -Claro que no, mis padre no están en casa. Y si vuelven, pensarán que Aris me convenció de ir al baile.
Y de alguna forma él ya no aguantaba las ganas de besarla, y no evitaba desviar la mirada hacia sus labios. Él mismo sabía que sus intenciones no eran propios de él, pero aún así, no conseguía controlar su instinto. 
-Nos vamos o te vas a quedar aquí con cara de empanado -Finalmente soltó, con un leve suspiro al final.
-Sube.
-¿A dónde? ¿A tu espalda?Me llevarás a caballito -dijo marcando un tono infantil, algo extremadamente extraño en ella.
Eliot suspiró, y señaló una moto en la calle de enfrente.
-Me pido conducir -Gritó ella.
Camila se estaba matando de nervios por dentro, aunque teniendo lo que ella tiene, esos miedos ya son algo inferior, que ni siquiera merecen ser nombrados. Jamás había montado en moto, pero teniendo a Eliot sujetándola de la cintura se sentía mucho más segura. Hasta que Eliot la paró, le colocó una venda en los ojos, y no hizo caso a sus quejas. La colocó abrazándole, y sintió una pequeña corriente recorrer su cuerpo. Llegaron en seguida, y en realidad, ninguno de los dos quería que acabase el recorrido. Camila se quito la venda instintivamente, y solo se pudo fijar en él, pero en seguida apartó la mirada.
Llegaron a la entrada del bosque, todo estaba oscuro, pero Eliot traía una linterna. Y Camila sacó su móvil para iluminar un poco más el lugar. Al estar ya internados en el bosque se dieron cuenta del incomodo silencio que había entre ambos. Y aún sabiendo que era muy incomodo no quisieron hablar. Y entonces él se adelantó, y la única luz que producía la luz del móvil era demasiado débil como para poder guiarse. Y sin querer tropezó con la rama de un sauco, provocando su perdida de equilibrio. Ella ya podía imaginarse el dolor, pero no sintió nada, excepto unos cálidos y fuertes brazos que la sujetaban.
Y al fijarse bien, notó que su salvador era Eliot. Que cliché ¿No? Y sin darse cuenta, ella ya estaba elevada del suelo. Y había un brazo cogiendo de sus piernas, y otro que se acomodó en su espalda. Y su posición era más o menos del de una princesa siendo llevada por su príncipe azul. Y entonces se notó la tensión, y ambos notaron su deseo. Y se acercaron, tanto hasta quedar a un mísero centímetro. Y ella cerró los ojos pensando que la iba a besar.
-¿Pensabas que te iba a besar? -Y se dio cuenta de que estaba ya en el suelo, y se arrepintió de haber sido tan ingenua, y haber pensado en eso. Así que no respondió- Porque creías bien.
Y el tiempo se detuvo. Sintió sus movimientos, y los dos se movían en el mismo compás. Ella puso sus brazos alrededor de su cuello, y el puso una mano en su cadera, y otra en su espalda. Y entonces ella tomó la iniciativa, y decidió profundizar el besó. Y sus lenguas bailaron al mismo ritmo. No pararon hasta que la falta de oxigeno les obligó a separarse. Se miraron un instante, y como si estuvieran sincronizados, apretaron sus labios en un desesperado intento de sentir al otro. 
Camila se quedó tan cansada que se durmió. Y a la mañana siguiente se despertó en un lugar desconocido. Se levantó desesperada por saber que ocurría. 
-Ya veo que te has despertado, dormilona -ella estaba a punto de replicar cuando este le cortó- Estabas muy cansada, y te dormiste. Era muy tarde, así que cogí tu móvil y marqué uno en el que ponía "ARIA (EMERGENCIAS)". Recordé que ayer me hablaste de ella, así que le dije que buscase una excusa para tus padres, y que hoy te llevaría de vuelta. Ella aceptó como si nunca hubiera estado más feliz en su vida.
-¡Miraste mi móvil! -Fue lo único que se le ocurrió. Que ingeniosa es Cam.
-Eso te pasa por no poner contraseña -Replicó.
Ella sonrió, y él no pude evitar sonreír también. Se acerca a ella, la coge de la parte superior del cuello, la acerca más a él y la besa. Ella le corresponde al beso, pero rápidamente se aleja y grita:
-No te enamores de mi.
Y salió corriendo. Se dio la vuelta para mirar el lugar por última y realmente primera vez. Era una casa del árbol, que estaba realmente bien construido. Y estaba tan adentrada en sus pensamientos que no se dio cuenta de que estaba bajando unas escaleras, por lo que no sabia que era una casa del árbol, hasta ahora. Era hermosa. Y entonces ve a Eliot asomado por las escaleras, a punto de alcanzarla. Y ella empezó a correr. Y se perdió. Anduvo durante mucho tiempo, hasta que escuchó unas cuantas pisadas cerca. Y por fin, Eliot la encontró, estaba desmayada sobre el suelo. 
Cam se despertó un una habitación totalmente blanca, y Eliot estaba a su lado.
-No te enamores de mi -insistió Camila.
-Ya es tarde para eso, se que nos conocemos de apenas un día, pero es imposible olvidarte.
-Pues intenta olvidarme, Eliot.
-El amor no es tan facil, no es una camiseta que te pones y te quitas cuando te plazca -Y esa frase se le quedó marcado a Camila para siempre.
Por el mediodía le dejaron en el hospital. Por miedo a que se desmaye de nuevo. Ella estaba leyendo, esta vez era "Cazadores de Sombras". Y no podía quitarse de la cabeza la frase que decía Jace "Amar es destruir, y ser amado es ser destruido". Y en su caso era cierto, le destruiría a Eliot.

domingo, 8 de noviembre de 2015

Mi obra

                                   

            BEYOND 

Camila White era un imán para los problemas. Hasta que su vida cambia radicalmente gracias a Eliot Williams. Él era tan indiferente, tenía a todo el instituto bajo sus pies. Sin embargo, él no pretende ser popular. 
Y entonces la sexy mirada oscura de Eliot acaba por atravesar los secretos de Camila. Y la cristalina mirada de ella, acaba por derretir el muro de hielo que Eliot levantó. Sus secretos y miedos se desvelan, y el destino les une. 

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